viernes, 18 de mayo de 2012

Los 8 mitos del emprendedor tecnológico (

En Emprendedor Profesional:

1. Complejo del artista
Mito: Los negocios tecnológicos de éxito se basan en la creación de productos y servicios originales, totalmente nuevos.
Realidad: Muchas EBTs de éxito lo han sido por hacer mejor lo que otros ya hacían.

2. Entusiastas tecnológicos
Mito: Los clientes prefieren los productos y servicios más avanzados e innovadores tecnológicamente hablando.
Realidad: Los clientes quieren productos o servicios con los que vivir una buena experiencia, y quedar satisfechos. Buscan productoscompletos, y no perfectos.

3. Personas vs. Ideas: El equipo promotor
Mito: La empresa no debe crearse mientras no se tenga una excelente idea de negocio, contrastada en todos sus aspectos en el mercado.
Realidad: El equipo promotor es más importante que la idea. El éxito empresarial “se hace camino al andar”.

4. Perfeccionismo académico vs. Vocación de acción
Mito: El nuevo producto no debe salir del laboratorio de I+D hasta que esté perfecto, sin probabilidad de fallo alguno.
Realidad: La “oportunidad” es más importante que la “perfección”.

5. Creatividad sin foco: Dispersión
Mito: El negocio irá mejor mientras más amplio sea mi mercado-objetivo. Tengo que aprovechar todas las oportunidades que se me abran.
Realidad: Un negocio sin foco, sin una segmentación precisa, carece de identidad, y está perdido.

6. Comunicación: Rigorismo y exhaustividad del mensaje
Mito: Mientras más ventajas destaque de mi oferta, más atractiva será. A más exacto sea, más van a valorarlo.
Realidad: Los clientes aman la simplificación. En realidad, no son capaces de manejar más de tres atributos o ventajas en su decisión de compra.

7. Tecnocéntricos
Mito: En el negocio de la tecnología, los gastos de I+D representan el 90% del valor total del producto
Realidad: El marketing se come el 90% del coste final del producto también en los negocios tecnológicos, por mucho que nos pese...

8. Indolencia con la marca
Mito: Mientras tenga clientes, para qué importa la marca. Debo entender que las grandes compañías exijan anonimato a sus proveedores, y yo estoy encantado/a de trabajar para ellas.
Realidad: No conviene nunca trabajar con “marca blanca”. Y si lo haces, plantéate cobrarlo caro.

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